miércoles, julio 30, 2008

Citotropismo


¹... bajaba invisible por las venas una idea coagulada en formato automático de hemorragia febril, la vida persistía en hacer simetría con la muerte, el cerebro transportaba la calma, inmunizando las neuronas del delirio de una triste conspiración para el suicidio universal y el dominio.

Una inevitable biología helicoidal transfería un cogito político ingobernable...

El Corán en Praga, el joven Darko recortando sus orejas, Margot Tenenbaum reportaba las crónicas de un tenista enamorado, Elliott Smith cantaba a las lunas lloronas frente al espacio plano: una constelación de narrativa mecánica, impulsiva, instintiva, ¡viral la vida es! La pulsera de sangre acompañaba en el silencio, la austeridad de la habitación parecía más bien romántica, la silla rodó mientras yo me desplomaba. En el gris del cielo había encontrado la cortina del sistema, un flujo de escape beligerante que ardía sin fin frente a mis ojos inéditos y silentes, casi una fantasía se habría paso poco a poco ante mí, cuando de pronto volvió esa sensación angustiante que me aterrorizaba, quería correr y encerrarme en el armario. No podía detenerme a pensar ni un minuto más, tenía toda la vida pensando y pensando. El universo se cirnió sobre mí como un colapso colosal que aplastaba mis cimientos, establecí un punto de referencia y comencé a girar, me detuve a sentir mi pulso, ese ritmo que me lleva por la vida recordando que la soledad es un producto de la imaginación del cual me he vuelto un gran amigo. Siento el temblor de mis instintos palpitando en los oídos del mundo.

La vida, entre cuerpo y mente, es una sucesión infinita de eventos y acontecimientos determinados por las circunstancias siempre variantes con un final indeterminable, sucede la vida como las secuencias numéricas, el fenómeno de la incompletitud se resuelve con el apetito por el destino, por un sueño. Es la mente el producto de una sensación imperceptible para el cuerpo llamada impulso vital, el deseo de vivir por vivir es la percepción de tener que pensar.

Somos un conjunto de compulsiones, pasiones y abstracciones, somos anamnesis... Mediante la catarsis el cuerpo se reconoce a sí mismo como cosa que existe. ¡Máquinas deseantes!

... la tasa de mortalidad ascendió al 87% en el 2005 dentro de los 205 pacientes infectados, por la fiebre hemorrágica de Marburgo, la OMS fue «asaltada violentamente», el pánico hace presas de la desesperación incluso a los sanos. Los cuerdos y sensatos de la organización abandonaron Angola y emprendieron una «campaña de sensibilización», se han obtenido resultados, ahora los habitantes señalan a sus muertos.

2. Más información sobre la epidemia de Angola:

OMS
BBC
Consumer Eroski
Médicos sin Fronteras

3. Información sobre la fiebre hemorrágica de Marburgo:

¿Qué se entiende por fiebre hemorrágica de Marburgo?
Fiebres hemorrágicas
Virus de Marburgo en Wikipedia
Virology Journal

4. Sobre Angola:
aquí,
aquí
y aquí




martes, julio 29, 2008

Ergonometría

Rehusar a la vida, no hablar de ella, mirarla con atención enfermiza desde un punto distinto, inclusive estando adentro de la propia anatomía. La amistad persiste aunque no le des alimento, la verdad respira aunque no exista, no sé que más haría si no hubiera ni un sólo lugar en donde reposar el aliento. Una pequeña porción del corazón se la ha llevado el viento, la sorpresa es que el corazón aún permanezca en su lugar. También hay un eco, nada se repite, sólo está ese sonido vacío que me lleva a un hueco. Un agujero tras otro, exhausto, buscando un conejo, buscando un reloj; buscamos un sueño propio en donde perdernos, en donde perderme. Cuando digo yo no sé cuantos más son conmigo o, en mí. Para ti, este escrito.

El texto es un documento literario invisible para quien no lo busca, evidente para quien explora la mente, oportuno para quien necesita un destino, un fruto tendido acortando cualquier distancia desde la mano de un amigo. Desdén por contraejemplos, ardid, arder, harem, hacer y renacer. ¿Cuánto tiempo durará el silencio?

Una flor con sus ojos sobre las manos acaricia mi espalda para protegerme de los demonios que me comen el cerebro, ¡nos comen el cerebro! Oscuras líneas frías recorrieron el rostro por tanto tiempo, un puño enterrado en un espejo sostenía una máscara de pirámide helénica en ¡zig zag caos-orquesta y bing bang! Viaje en el tiempo, Euler, 1764, formula: π/4 = 5*arc tan(1/7) + 2*arc tan(3/79) para calcular veinte decimales de π en 60 minutos, diez años después el joven Werther sufre desde la pluma de Goethe y exclama: "La raza humana es harto uniforme. La mayoría emplea casi todo su tiempo en vivir para trabajar, y la poca libertad que les queda les asusta tanto, que hacen cuanto pueden por perderla: ¡Oh, qué destino el del hombre!". "No escribo sin luz artificial", dirá Derrida a Rollin en 1982, tres años después nació yo, luego en septiempre la ciudad se sacudió. Estamos de vuelta.

La satisfacción de una lágrima al rodar por los bolsillos es el desahogo tibio de un desayuno solitario, tanta soledad en el pan, en la taza de café, en los cubiertos, sobre la mesa, a cada paso, a cada segundo, cada vez que estoy despierto, nunca duermo. Todo es lógica, cuando más solos estamos deseamos compañía, cuando estamos acompañados adoramos nuestra patética soledad.

El calor del acordeón atravesó un diminuto orificio en mi espina dorsal, "genética, ADN, genoma" dicen, ellos siempre dicen. Los niños aún pasean en sus columpios, las nubes aún giran, el cielo permanece a su distancia prudente, la luna que hoy no fue mirada con atención insiste en que la miremos antes del amanecer. Una sonrisa lentamente se fue construyendo en mi rostro mientras las palabras aparecían de la nada dentro de una caja dentro de una caja en el monitor.

sábado, julio 26, 2008

"El Muro y la Piel", presentación de Muto

BLU, unos ojos del mundo de conciencia revolcada, ¡grito de esperanza! !esquizofrénicos, uníos! La palabra es tibia o escaza en su inmediatez, o bien, demasiado inmediata, como sea, la palabra se piensa, se respira, se pule, se inunda, desborda y escapa, pero luego nos conjunta, reflexionamos, repensamos, y volvemos a respirar... Una pausa, la palabra es inmediata, o bien, a veces flota en el aire y nadie la atrapa, nadie comprende, nadie escucha... Escribimos para sordos, ciegos, paralíticos y apocalípticos, ansiamos con ansía el ansía de lo incesante presente y entonces descubrimos que nuestro dedo gordo del pie tiene síndrome de Down, y arriba, levanta, respira, la palabra, ¿la ves?











P a l a b r a s . . .














Luego los ojos, que no brillan. La luz la atrapan, la desnudan y en
tonces brota su significado en la oscuridad de nuestro cráneo vacío, el arte audiovisual también, así como el sonido de una palabra, se crea desde la penumbra en donde la menta habita, en ese ningún lugar de paladares continuos que saborean la vida, redes neuronales incesantes que atestiguan lo que en los ojos se clava. El muro separa, divide, genera diferencias, pero llega la mano que siente el sufrimiento del muro, respira con él, le deja un recuerdo, lo borra, le deja otro recuerdo y lo suprime a su vez, pero la piel en la que el muro se ha convertido nunca olvida, en la animación su memoria es perfecta, delinea nuestros sentidos, los hace parabólicos, paradójicos y paradigmáticos en un solo flujo, y entonces corte, las palabras de nuevo, todo en conjunto el silencio del mundo, una cabeza que se abre sólo para que broten más cabezas. Sin embargo, aún queda la piel, dormida, bajo nuestros ojos que todo lapidan y fulminan, giramos rápido hasta la amnesia enfrentándonos por siempre con la memoria perfecta del genio adentro que llora por salir reptante de un Arte agonizante, el masoquismo de la premura, el atisbo de una melodía mágica, la empresa perdida del cielo inexistente, o bien, la oscura pesadilla de un hombre que no entiende nada de fronteras.

Al soñar duelen los ojos por que no ven lo que piensan y, lo único infinito siempre serán los hombres que nacen con un hambre inagotable por recrear los sueños de Otros, nunca los propios, porque al matar el sueño volvemos a la realidad.















S i l e n c i o . . .















viernes, julio 25, 2008

Uno ergo Blog (justificación de la praxis)

Praxis, transferencia de una teoría(s) al índice de sucesiones infinitas de la experiencia vivida. Un dominio de transmisión-contaminación-epidemia a través del Uno hacia la totalidad que se experimenta a sí como un organismo único y autónomo. Humanidad es Uno, no hay tecnologías del Yo ni dispositivo de poder autoritario, el Autor es Uno con su propio lenguaje, el lenguaje es la invención de Otro. Uno ergo Blog.



La sociedad se ha desintegrado, la política es hoy una cosa tecnoeconómica: organización de administraciones, administración de planificaciones, territorialización globalizante, alienación constante, compulsiva, gen de paranoia. Consumir es el designio, hacerse de los medios, de los recursos, recrear un ambiente prioritario, ordenado, accesible, indexado, archivado y registrado.



Blog, falso desplazamiento del diario, de la bitácora, del Ángel desnudo que nos atormenta bajo la almohada; entonces jamás desplaza ni suprime ni substituye, es un dispositivo de redes, un rizoma cibernético, ¡un virus!, un lazo virtual que encadena mentes distantes, un bit materializable frente a monitores parpadeantes. Los aparatos como visión del mundo. El Blog es un devenir instrumento de comunicación supermasiva, un hoyo negro, una advertencia sobre la paradoja de la información.

¿Será esta información destruida? Si no lo es, empujaremos hasta que lo sea.

No hablo de censura, no hablo de bloqueos, supresiones, eliminaciones o sustracciones, es una cuestión del eterno retorno, del devenir conciente del potencial humano, es sólo una medida de ensayo y riesgo ante lo incesante.






Más tráfico para tu blog

jueves, julio 24, 2008

ergo Uno

Yo, el cerebro dentro de este cráneo con ojos, que tiene un aliento, sufro de paranoia y severas críticas de renovación, cambio, construcción, repetición, sufrimiento, un dolor ortodoxo casi perfecto. Soy dogmático en mis costumbres, que son: la tribulación, la tortura, la especulación, el enfático vuelo de las mariposas -veáse en un futuro "sobre las mariposas y la muerte"-, el vicio de la vida: la vida. Nada más. Pero entonces vuelve la mañana seguida de nubes y tantos días que olvidas, de nuevo los ojos al mundo. La ciencia de la mundanidad es debilitar a los otros, ser cobarde por otros, destruir las esperanzas de otros, el amor de otros, todo lo que los otros son es nada. No hay otro, todos somos Uno, todos somos, ergo Uno, el colectivo infundado, sin fundamentos, exclusivo-inclusivo, corte-flujo, que viene y cezga, revienta, contiene, divulga, difunde, comprime y detiene, la aceleración en contrapunto de un ritmo entonado con la melancolía de un watt de balada púbica nanoteológica, el microfono del mithos programado para no tener compasión por los oídos de los hombres, el movimiento de entonar en un grito la trágica agonía de las máscaras del pensador en escena; el manifiesto de la orquesta teatral del pensamiento vuelto máquina abstracta de ilusiones reales: ¡Nietszche empalado y horrorizado! ¡Foucault y el descontento biopolítico! ¡La genética maquiavélica de Artaud desplazando los cantos de Maldoror a la insidencia pragmática de la estética visualmente minimalista de Beckett! ¡Tanto terror imperial derramando sangre de los mecanismos citológicos de los Estados! ¡Ciudadanos, seres suprimidos de su esencia, del impulso vital, del requiem del Arte! ¡Dios es Arte! ¡Despierta!

La ciudadanía es la suma carencia de una moral atómica y dubitativa, es plegar las alas al conductismo innato de las soberanas jerarquías del magisterio imperial, es acatar las pautas de los agentes normalizantes bajo técnicas especiales de corporativos inmunológicos empirico-trascendentales, abolición del humanismo, no existe el terrorismo sólo el consumismo. Estado.- Colección de ciudadanos cuyos derechos son ultrajados y expropiados por una sumisión a las determinaciones exactas de un sistema acumulativo de riquezas y degeneraciones. El espíritu de la tecnocracia ha atravesado las amalgas neuronales de la errónea natura humana, no hay naturaleza humana, ergo Uno. Confiemos en las palabras de los poetas asesinados, llevados a la hoguera por erigirse con la verdad en la mano sin temor ni autoridad sobre ella, destruyamos los aparatos que son idolatrados como medios masivos de entretenimiento enajenante, empleemos las herramientas como instrumentos mediante el pleno valor de semejante redundancia retórica, exaltemos bajo una voz reveladora la única verdad: no hay revelaciones más allá de quienes son los hombres detrás de la cortina, quienes no se suben al escenario, la única conspiración es el sistema de convenciones reduccionistas, ¡no más agonía, no más paranoia, pura alegría e impulso vital! Somos un organismo inmutable, indivisble, atómico y absoluto, somos portadores del secreto indecible, no hay alma, no hay redención, no hay soledad, no hay arma que sea necesaria ni vena que deba ser cortada, sólo existen el arte, las palabras, el amor y la libertad. El dinero es la decadencia, la economía es la sociedad, el Estado es el contenedor de los ídolos falsos, los impuestos son la represión, no hay salida, la revolución es sólo un paradigma mental, como bien Deleuze decía antes de volar: "¡Haced del punto una línea recta con la velocidad del pensamiento!" Van Gogh fue suicidado por la sociedad, Lennon fue asesinado por la sociedad, Hendrix nunca pudo comprender lo que comprendía, Siddharta lleva cadenas, Jesús una guitarra, Mythra un pandero y una caja de chocolates, Forrest Gump es Pac-Man, el deseo nunca más será justificado por la ausencia de su objeto, el deseo es la vida y la muerte a nadie condena.

Yo, el cerebro dentro de este cráneo, he desaparecido, soy la disolución del objeto, máquinas deseantes en cuerpos sin órganos, seres humanos, cráneos vacíos, ninguna forma someterá al contenido, contaminaremos al mundo, ideas como plagas, todos los secretos son mentiras.

Yo es otro, ergo Uno: todo otro es yo en mí, yo en mí soy el mundo. El mundo como voluntad y representación, como confesión de la amistad, como preludio a un amor inagotable que se alza sobre las riendas de la infinita destrucción.

Yo es nadie, ergo Uno.