jueves, julio 24, 2008

ergo Uno

Yo, el cerebro dentro de este cráneo con ojos, que tiene un aliento, sufro de paranoia y severas críticas de renovación, cambio, construcción, repetición, sufrimiento, un dolor ortodoxo casi perfecto. Soy dogmático en mis costumbres, que son: la tribulación, la tortura, la especulación, el enfático vuelo de las mariposas -veáse en un futuro "sobre las mariposas y la muerte"-, el vicio de la vida: la vida. Nada más. Pero entonces vuelve la mañana seguida de nubes y tantos días que olvidas, de nuevo los ojos al mundo. La ciencia de la mundanidad es debilitar a los otros, ser cobarde por otros, destruir las esperanzas de otros, el amor de otros, todo lo que los otros son es nada. No hay otro, todos somos Uno, todos somos, ergo Uno, el colectivo infundado, sin fundamentos, exclusivo-inclusivo, corte-flujo, que viene y cezga, revienta, contiene, divulga, difunde, comprime y detiene, la aceleración en contrapunto de un ritmo entonado con la melancolía de un watt de balada púbica nanoteológica, el microfono del mithos programado para no tener compasión por los oídos de los hombres, el movimiento de entonar en un grito la trágica agonía de las máscaras del pensador en escena; el manifiesto de la orquesta teatral del pensamiento vuelto máquina abstracta de ilusiones reales: ¡Nietszche empalado y horrorizado! ¡Foucault y el descontento biopolítico! ¡La genética maquiavélica de Artaud desplazando los cantos de Maldoror a la insidencia pragmática de la estética visualmente minimalista de Beckett! ¡Tanto terror imperial derramando sangre de los mecanismos citológicos de los Estados! ¡Ciudadanos, seres suprimidos de su esencia, del impulso vital, del requiem del Arte! ¡Dios es Arte! ¡Despierta!

La ciudadanía es la suma carencia de una moral atómica y dubitativa, es plegar las alas al conductismo innato de las soberanas jerarquías del magisterio imperial, es acatar las pautas de los agentes normalizantes bajo técnicas especiales de corporativos inmunológicos empirico-trascendentales, abolición del humanismo, no existe el terrorismo sólo el consumismo. Estado.- Colección de ciudadanos cuyos derechos son ultrajados y expropiados por una sumisión a las determinaciones exactas de un sistema acumulativo de riquezas y degeneraciones. El espíritu de la tecnocracia ha atravesado las amalgas neuronales de la errónea natura humana, no hay naturaleza humana, ergo Uno. Confiemos en las palabras de los poetas asesinados, llevados a la hoguera por erigirse con la verdad en la mano sin temor ni autoridad sobre ella, destruyamos los aparatos que son idolatrados como medios masivos de entretenimiento enajenante, empleemos las herramientas como instrumentos mediante el pleno valor de semejante redundancia retórica, exaltemos bajo una voz reveladora la única verdad: no hay revelaciones más allá de quienes son los hombres detrás de la cortina, quienes no se suben al escenario, la única conspiración es el sistema de convenciones reduccionistas, ¡no más agonía, no más paranoia, pura alegría e impulso vital! Somos un organismo inmutable, indivisble, atómico y absoluto, somos portadores del secreto indecible, no hay alma, no hay redención, no hay soledad, no hay arma que sea necesaria ni vena que deba ser cortada, sólo existen el arte, las palabras, el amor y la libertad. El dinero es la decadencia, la economía es la sociedad, el Estado es el contenedor de los ídolos falsos, los impuestos son la represión, no hay salida, la revolución es sólo un paradigma mental, como bien Deleuze decía antes de volar: "¡Haced del punto una línea recta con la velocidad del pensamiento!" Van Gogh fue suicidado por la sociedad, Lennon fue asesinado por la sociedad, Hendrix nunca pudo comprender lo que comprendía, Siddharta lleva cadenas, Jesús una guitarra, Mythra un pandero y una caja de chocolates, Forrest Gump es Pac-Man, el deseo nunca más será justificado por la ausencia de su objeto, el deseo es la vida y la muerte a nadie condena.

Yo, el cerebro dentro de este cráneo, he desaparecido, soy la disolución del objeto, máquinas deseantes en cuerpos sin órganos, seres humanos, cráneos vacíos, ninguna forma someterá al contenido, contaminaremos al mundo, ideas como plagas, todos los secretos son mentiras.

Yo es otro, ergo Uno: todo otro es yo en mí, yo en mí soy el mundo. El mundo como voluntad y representación, como confesión de la amistad, como preludio a un amor inagotable que se alza sobre las riendas de la infinita destrucción.

Yo es nadie, ergo Uno.

3 comentarios:

Great Value dijo...

Y yo quien soy
Yo queria ser pacman U_U


de repente no supe quien eras! D:
pero ya e, ni te apures
jojojo

R dijo...

Si me apuro o tengo prisa es porque alguien me persigue (¡paranoia! ¡paranoia! ¡paranoia!) y entonces el fenómeno de la persecusión, pero no tengo apuro ni premuras, para alcanzarme hay que dejar de correr y empezar a caminar. Tu eres Yo, ergo Uno.

Pa. dijo...

entonces, yo soy tu, tu eres yo... ergo uno, comenzamos, desaparecemos, nos olvidamos, nos pensamos. a no no me gusto lo que pense, bueno a cambiar... tu eres yo, yo soy tu, mundo es el, el es ella... te persiguen. te encuentran, te destruyen. apareces de nuevo.
indestructible.
ergo uno, es!

r. garrido.

saludos