sábado, mayo 30, 2009

Sin Mundo.


Derrumbado, triste y decaído, ensombrecido sin huella ni futuro, sin mundo, pleno y vacío. Angustiado, sin rumbo y deprimido, obstinado, absurdo y diminuto, paisaje solemne de la muerte, asomo de la vida al cerrar los ojos. Dormido, nauseabundo y agonizante, herido para siempre, marcado, cicatrizando esqueletos. Iban los pasos deteniéndose poco a poco, las moscas aleteaban sin tiempo, los olvidos habían sido sueños espectaculares, la memoria brillaba por su exceso. Todo apareció tan súbitamente que se desvaneció sin poder mirarle. Sentía la presencia respirarme, con sus nubes solitarias me abrazaba, anhelaba el viento de sus labios negros. Sin esperanza, libre, suspendido en el instante.

lunes, mayo 25, 2009

Lavandería.


Cerca de las cuatro de la tarde.
En el mismo lugar de siempre...
con los futuros por realizar dentro del hueso de la cabeza.

Cada uno de mis movimientos era simple, preciso y compacto, ésto, porque me sentía observado, por mis ojos me sabía observado. Los recorridos de un puesto a otro cuidadosamente, omitiendo el ruido de los zapatos; para colocar el jabón, sólo una mirada sobre el hombro, para asegurarse, luego el suavizante viene con un escalofrío que recorre la espina. Giré de pronto, ahí estaban, todos los ojos mirando. Retiré la atención de su inercia hipnotizante, a salvo de un secuestro centrífugo retomé el cesto, contabilicé de nuevo las prendas, ejercí la práctica con dominio pero mi voluntad se fracturaba en un pozo de angustiosa impotencia. Los ojos siempre están mirando, temía. Percibía las presencias que recoge un lugar de absoluta monotonía como éste, olía esos cabellos rubios y lacios vibrar a través del rumor de las máquinas humectando el ambiente, escuchaba los murmuros, los rumores, las palabras al silencio que de la boca caen con secrecía dentro del oído, sobre los aparatos descubría el temblor y la agitación de nuestros tiempos, la velocidad de lo inmediato, la impaciencia por la transformación de lo manchado por lo purificado, lo higienizado. Entraba haciendo espirales en la reflexión sobre la sanitización del mundo y yo deseaba poder vivir bebiendo sólo agua de mar con el rostro asomando sobre la arena. La otra noche apuñalaron a una joven a una cuadra de la lavandería, no le robaron nada más que el aliento, ella no sufrió nada más, sólo murió. Pero su presencia no la recuerdo, se esfuma entre las brisas cloradas del almidón humedecido...

He venido a lavar su vestido, me preparo para un funeral.
Y los ojos siempre te ven.

miércoles, mayo 20, 2009

Tras*pies.

"Los sonidos vienen del cielo, sonidos de una pureza jamás percibida por un oído, por lo menos así lo describe mi abuelo. Le parece que puede distinguir arpas, tambores, violines y voces. Una voz plena de armonía. «Era como si la misma luna cantara», escribió."

[Gion Mathias Cavelty, Ad Absurdum oder Eine Reise ins Buchlabyrinth]


... y escribió, dentro de un cohete rojo con un perro negro llamado Dante sobre un globo gris, que era Mercurio, con destino a la quinta dimensión en los dominios de Earl Gray...

Ni como saber, ni que saber...

"Tranquilo -interrumpió el libro-. Aquí hay miles de libros. En realidad están todos los libros que nunca han sido escritos. Hay libros de vidrio, de madera, de plumas y de agua, libros en forma de caballo, de cuerda o de hongo, libros triangulares, piramidales, libros redondos, libros con miles de hojas finas, libros que ni siquiera tienen hojas, libros que contienen todos los principios, los finales o la parte del medio del resto de los libros; en suma, se puede decir que todo lo que se imagina está escrito aquí."

[ídem]


... e imaginarse todo lo que se imagina, peor aún, imaginar todo lo imaginable, jamás volver a uno mismo, al menos, jamás volver como uno mismo, jamás yo, jamás nadie. Callado en el más profundo grito, oscurecido, en el más abrupto abismo...

"Cuando se proclamó que la Biblioteca abarcaba todos los libros, la primera impresión fue de extravagante felicidad. Todos los hombres se sintieron señores de un tesoro intacto y secreto. No había problema personal o mundial cuya elocuente solución no existiera: en algún hexágono. El universo estaba justificado, el universo bruscamente usurpó las dimensiones ilimitadas de la esperanza."

[Jorge Luis Borges, La Biblioteca de Babel]


Sólo ilusiones a las que somos inmunes, porque aún convencidos las negamos, porque todo nos da miedo, porque no hay hombre vivo que responda con poesía al eco.

"La música trae hacia ella los cuerpos humanos."

[Pascal Quignard, El Odio a la Música]

Suena y suena el cadáver cuando cae y rompe el suelo.