sábado, mayo 30, 2009

Sin Mundo.


Derrumbado, triste y decaído, ensombrecido sin huella ni futuro, sin mundo, pleno y vacío. Angustiado, sin rumbo y deprimido, obstinado, absurdo y diminuto, paisaje solemne de la muerte, asomo de la vida al cerrar los ojos. Dormido, nauseabundo y agonizante, herido para siempre, marcado, cicatrizando esqueletos. Iban los pasos deteniéndose poco a poco, las moscas aleteaban sin tiempo, los olvidos habían sido sueños espectaculares, la memoria brillaba por su exceso. Todo apareció tan súbitamente que se desvaneció sin poder mirarle. Sentía la presencia respirarme, con sus nubes solitarias me abrazaba, anhelaba el viento de sus labios negros. Sin esperanza, libre, suspendido en el instante.

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