jueves, diciembre 04, 2008

Re-encarnación.

Contraluz de la Sintaxis.

Mirarnos a nosotros mismos de frente eclipsando al sol, fundidos en el mundo, de pie, de tierra.

Toda palabra va forjando una imagen, torciendo al espacio entre los nudos del tiempo, haciendo del acontecimiento un devenir único, mínimo múltiplo, singular infinito, un Aleph en el Aleph, cosmogonía y poesía que transforma lo que es en la escritura en una máquina de liberación; escribir es re-encarnarse en el ser, hacer ontología de la palabra, enviar un mensaje sincero con el deseo de que sea olvidado, precisamente porque el mensaje es sincero se olvida, pues es en el recuerdo en donde se encuentra la Idea del Mundo, ahí, en donde el olvido se suprime del deseo. Desear recordarlo todo, la repetición de cada instante, es desear el eterno retorno del acontecimiento de nuestro ser en la existencia y, el deseo de la escritura se obsesiona por una memoria absoluta, un recuerdo caótico de lo Múltiple. La paradoja de una escritura ontológica está en el deber ser de un discurso que se perderá en lo real, siendo su deseo transformar lo que toca, diseminarse en los ojos que miran al Mundo. Observar es representarse al mundo, sin orden simbólico, a imagen, como es, sin ruido, en completo silencio. La Voz trae consigo el caos, multiplicidades de voces, la soledad en el mar, pero no es representándonos al mundo como nos sujetamos a él, sino parafraseando su eco en un murmuro que erosiona las piedras transformando la naturaleza de la forma más sutil, entendiéndolo como con una caricia, atravesando su piel con el más profundo respeto, alcanzando los nervios del temor y aún así, nos encarnamos en su tierra, nos arraigamos a la existencia, a la experiencia de una vida única que por siempre quisiéramos recordar, que por eternidades pudiéramos tener, y es aquí, en este nudo oblicuo entre el tiempo y el espacio, en la literalidad del Dasein, en donde tenemos la experiencia de la escritura, en un momento en donde el mundo deviene infinita posibilidad de ser.

3 comentarios:

Sofistóteles dijo...

"Y para terminar no olvides, es decir, recuerda; por que recordar es una obesión más enfermiza que olvidar".

Si está bonito y todo.

Sofistóteles dijo...

Fe de erratas: Obsesión.

Obsesión...es una obsesión.. uo oooo!

Æ dijo...

ajua!