Una nota-clave en el segundo a partir del primer minuto de una conversación privada que buscó su camino por las ventanas y llegó a mi oído dinamitando los sueños en una otra-vida-de-imágenes que podrían llegar a existir en este mundo (entendiendo que soñamos sobre la profunda posibilidad de una distinta totalidad a la presente), o lo que es lo mismo: la lógica de la situación y el llano en llamas o el Autor del Quijote Enamorado...
La música nos esperaba al final del corredor, nuestras piernas eran ágiles, escurridizas, como laberintos de pasión, no danzábamos al pie del compás, ni al pie de la cama, nuestro ritmo señalaba el sur ansioso por encontrarse en el norte... y la familia que nos esperaba, los sueños o las noches, los archiveros repletos de documentos que no hemos firmado, las paredes cubiertas de fotografías, dibujos y pinturas que describen atardeceres, amaneceres, horizontes nublados, retratos del viento sobre ningún paisaje, es decir, puros objetos que hice en algún otro momento que nunca ha sido, o que haré mañana, o próximamente, cuando consiga una caja llena de colores. Pero la música nunca llegó, no avanzamos nunca por el pasillo, nos quedamos parados, desmontando el piso, instalados como árboles y antenas. Escribíamos nombres, plegarias y relatos de obsesión sobre las paredes que se abrían ante la pluma como mantequilla, sangrando desesperación, clavamos las manos en ellas, fijamos los ojos en el túnel que poco a poco se desparrama entre la piel, y encontramos otra mujer, otro muro, más acrobacias de la carne sobre el hueso, otra completa desconocida arrinconada, acribillada por nuestra temerosa compasión, por nuestra hambre de amor, de verdad, por esa confusa potencia de seducción, de atracción y repulsión, de llanto y esperanza, de erótica crisálida... Sin embargo los zapatos habían perdido la suela, las calcetas fueron borradas a causa de la erosión provocada por el piso. Y me convulsionaba, me encontraba babeando sobre mi cama, buscando la licorería que abre sus puertas más temprano por la mañana, o que cierra más tarde por la noche, a esa hora que no sabemos ni que hora es, en ese instante en donde la vida sólo es un recuerdo, totalmente inspirados por un día que jamás podremos vivir.
La música nos esperaba al final del corredor, nuestras piernas eran ágiles, escurridizas, como laberintos de pasión, no danzábamos al pie del compás, ni al pie de la cama, nuestro ritmo señalaba el sur ansioso por encontrarse en el norte... y la familia que nos esperaba, los sueños o las noches, los archiveros repletos de documentos que no hemos firmado, las paredes cubiertas de fotografías, dibujos y pinturas que describen atardeceres, amaneceres, horizontes nublados, retratos del viento sobre ningún paisaje, es decir, puros objetos que hice en algún otro momento que nunca ha sido, o que haré mañana, o próximamente, cuando consiga una caja llena de colores. Pero la música nunca llegó, no avanzamos nunca por el pasillo, nos quedamos parados, desmontando el piso, instalados como árboles y antenas. Escribíamos nombres, plegarias y relatos de obsesión sobre las paredes que se abrían ante la pluma como mantequilla, sangrando desesperación, clavamos las manos en ellas, fijamos los ojos en el túnel que poco a poco se desparrama entre la piel, y encontramos otra mujer, otro muro, más acrobacias de la carne sobre el hueso, otra completa desconocida arrinconada, acribillada por nuestra temerosa compasión, por nuestra hambre de amor, de verdad, por esa confusa potencia de seducción, de atracción y repulsión, de llanto y esperanza, de erótica crisálida... Sin embargo los zapatos habían perdido la suela, las calcetas fueron borradas a causa de la erosión provocada por el piso. Y me convulsionaba, me encontraba babeando sobre mi cama, buscando la licorería que abre sus puertas más temprano por la mañana, o que cierra más tarde por la noche, a esa hora que no sabemos ni que hora es, en ese instante en donde la vida sólo es un recuerdo, totalmente inspirados por un día que jamás podremos vivir.
2 comentarios:
esto no exactamente un texto, es sólo un: pasaba a saludar, y a leerte
también a sugerirte que pongas que se vean más entradas en tu blog en la primera pagina.
probé con 6 entradas, no podía entrar yo a mi propio "bloodstop", probé con 5, tampoco podía entrar, sigo en 4, además, no sé porque saturar la entrada si todo título siempre se encuentra en el índice...
hola!
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